La nueva ley educativa, que llegará al senado el próximo mes de noviembre para ser aprobada, vendrá cargada de una serie de modificaciones que no harán más que desfavorecer el acceso a la formación de los estudiantes pertenecientes a la clase media.
Recortes en becas, subidas de precios de las matrículas, promoción de escuelas privadas y/o concertadas... Vamos, que si yo tuviera que estudiar ahora, posiblemente no podría hacerlo por no tener dinero para ello.
Por este motivo, yo digo NO a esta ley que atenta contra uno de los derechos fundamentales recogidos en nuestra Constitución: el acceso a una educación pública y de calidad.
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